Los paneles de luz roja de cuerpo completo se han convertido en una terapia no invasiva prometedora para el manejo del dolor, aprovechando la fotobiomodulación (PBM) para estimular la reparación celular y reducir la inflamación. Esta tecnología utiliza longitudes de onda específicas de luz roja (630–700 nm) e infrarroja cercana (700–1200 nm) para penetrar